viernes, 7 de marzo de 2014

Paráfrasis de la madrugada



Deja que la luna sea testigo de los afanes de la piel, que los labios se sellen para que los sonidos reboten en el alma. Deja que un río de amor te arrastre. Manos y lengua como pelando un mango. Deja que los rostros se reflejen, que se invadan mutuamente, y que la guerra se declare… todo esto, justo, antes de que la luz de la madrugada nos alcance.