Tan mal estoy en mi percepción de la realidad, que confundí
un espectacular de Burger King con la luna llena de septiembre. Como dice Joaquín Sabina: ”confundí con estrellas las luces
de neón”.
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Llega el otoño en septiembre, cuando desde hace muchos meses
estoy instalado en el invierno de las emociones.
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Pasa el tiempo y la vida, y sin embargo, paradojicamente, se
puede afirmar: ¡calma, que aquí no pasa nada!
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