Lo reflexiono enmedio de la misa y me cuesta trabajo entenderlo o asimilarlo. Siento que apenas ha sido como un cerrar y abrir de ojos, pero ya han pasado veinte años. 7300 días y sigues siendo la tristeza más profunda, el recuerdo que enternece, el ejemplo que ha marcado, la ausencia que siempre pesa. Rezo por vos.
miércoles, 27 de enero de 2010
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