lunes, 6 de abril de 2009

Llegó la noticia y el día se hizo pedazos

No creo en los presagios, ni en los augurios, pero de ayer a hoy el clima advertía de la gelidez que se incubaría en el corazón de Bk y el mío. Desde Tijuana soplaba el viento anunciando la muerte de María Avaca. La noticia llegó de rebote en un MSM y tristemente lo volvimos a confirmar: la muerte siempre es inoportuna. Ante la imposibilidad de estar ahí, de abrazarte y agradecerte todo lo que tu amistad y tu apoyo hizo por nosotros, a ti que tanto disfrutabas la literatura, te dejo unas líneas de un poema de Homero Aridjis que habla de este asunto, para que ilumine tus pasos mientras haces la misteriosa travesía hacia el otro lado de la vida. Hasta luego y con buen acento chileno te decimos: ¡chao!


Asombro en el tiempo
Homero Aridjis

Sobre la ciudad de cemento se alza el día. Abajo queda el asombro del tiempo. Has cerrado los ojos, en mí los has abierto. Tu cara […] es toda tu cara, hoy que dejas la vida. La muerte, que conocía de nombre, la conozco en tu cuerpo.

Mis recuerdos se enredan con los tuyos. Tumbados para siempre, ya nada los tumba. Nada los hace ni deshace [...] Mi memoria es de piedra. Hablo a solas y hace mucho silencio. Te doy la espalda pero te estoy mirando. Las palabras me llevan de ti a mí y de mí a ti y no puedo pararlas. Esto es poesía, dicen, pero es también la muerte.

Yo labro con palabras tu estela. […] Tú duermes y yo sueño. Sueño que estás allí, detrás de las palabras.

Te curan de la muerte y no te salvan de ella. Se ha metido en tu carne y no pueden sacarla, sin matarte. […]

Ventana grande que deja entrar a tu cuarto la ciudad de cemento. Ventana grande del día que permite que el sol se asome a tu cama. Y tú, entre tanto calor, tú sola tienes frío.

Así como se hacen años se hace muerte. Y cada día nos hacemos fantasmas de nosotros. Hasta que una tarde, hoy, todo se nos deshace y viendo los caminos que hemos hecho somos nuestros desechos.

Sentado junto a ti, veo más lejos tu cuerpo […] Todo el tiempo te miro y no te alcanzo. Para llegar a ti hay que volar abismos. Inmóvil te veo partir, aquí me quedo.

Número en cada puerta y tu ser pierde los años. Tu cuerpo en esa cama ya sin calendarios. Quedarás fija en una edad, así pasen los siglos. […]Un día más, unos minutos menos.

En tu muerte has rejuvenecido, has vuelto a tu rostro más antiguo. El tiempo ha andado hacia atrás para encontrarte joven. No es cierto que te vayas, nunca he hablado tanto contigo.


Uno tras otro van los muertos, bultos blancos, en el día claro. Por el camino vienen vestidos de verde. Pasan delante de mí y me atraviesan. Yo les hablo. Tú te vuelves.

Sobre tu cuerpo […] el tiempo se recuerda. Mi memoria es de piedra.

1 comentario:

  1. No había tenido la oportunidad y me quede impresionada cuando me lo dijo la comadre, pero creo que corresponde un pésame... a ustedes sus amigos y compañeros.
    Dificil misión la visita a Tijuana, pero en las buenas y en las malas...
    un beso y nuestro cariño.
    Chela y Alex

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