martes, 26 de octubre de 2010

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- st -

Por más que lo intento, no logro encontrar un reflejo claro en tus ojos. Son una mezcla de emociones contenidas, como los abrazos y besos muchas veces almacenados en el silencio de las horas de ausencia. Sin embargo, por la forma en que aspiras y suspiras, parece que el aire de la tranquilidad nuevamente está llegando por tus fueros. Ese brillo, que ayer era de una ternura inexplicable, hoy toma matices de auto reflexión, que no sabes hacia dónde desembocará, y sin embargo, no puedes evitarlo, por más que te niegues a ello. Yo, por mi parte, como la sombra que siempre he sido, te sigo en silencio y opaco, hacia donde tus cavilaciones y resoluciones te indiquen el rumbo a seguir… Estar sin ser… ser sin estar… la maldición de la sombra que simplemente no significa nada si no es siempre en referencia a ti.

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