lunes, 9 de abril de 2012

Navegaciones

Navegar entre mares de calma y océanos de ansiedad sin mirar puerto en dónde anclar. Lo único seguro en este muelle es que la inseguridad estará presente en la larga noche de las melancólicas travesías hacia el islote del corazón alguna vez encontrado y conquistado. Hoy, ese islote, es la tierra prometida que algún día habrán de conocer sólo los exploradores más osados.

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Con el agua hasta el cuello, el náufrago no encuentra el humor suficiente para contar el mejor chiste y reír justo antes de morir

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Harto de los mares de lamentación en los solitarios océanos, el viejo marino jubilado, ahora navega en los ríos de estupidez que inundan a las ciudades

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