domingo, 27 de agosto de 2017

Lucha libre y el 2018

A pesar de que me considero un aficionado a la Lucha Libre, de un tiempo a la fecha, sobre todo con la creación de la empresa AAA y la influencia de la lucha norteamericana, he tratado de mantener una cierta distancia prudencial, quizá como una manera de proteger ese romanticismo y nostalgia infantil, de aquellas primeras funciones a las que asistí. He presenciado grandes luchas y grandes leyendas de este deporte, incluso, hasta a el Santo mismo. Puedo decir que desde finales de los 70´s hasta el gran boom mediático que resultó ser el luchador Místico, he observado los vaivenes de este deporte-espectáculo. Ayer, más por morbo que por curiosidad, decidí mirar la lucha de apuesta entre Psycho Clown y Dr. Wagner Jr. El primero, perteneciente a una gran dinastía de luchadores, como lo han sido Los Brazos... y el segundo, heredero de un gran nombre y leyenda de la lucha nacional. Desde que se firmó el contrato y se confirmó la fecha y el lugar, las acusaciones de fraude y arreglo del resultado aparecieron por doquier. Así, que minutos después de la medianoche me dispuse a satisfacer mi afición. Como todo evento de Triple AAA: mucha parafernalia y poca lucha. Como dicen los aficionados a la tauromaquia: "tarde de expectación, tarde de decepción". Y así fue. Casi como con guión en la mano, del dominio del Dr Wagner Jr, a punto de vencer al rival, débil, ensangrentado y confundido y de la nada, una tremolina celestial, y Psycho Clown toma fuerza de la nada y en un par de llaves gana la lucha. Después, 20 minutos más de aburridas declaraciones de los luchadores, que desde que los obligan a tomar el micrófono, creen que en verdad tienen capacidades de profesionales del entusiasmo, hasta que por fin, el derrotado, se quita la máscara y punto. El show había terminado. Apagué inmediatamente el televisor y no sé cómo, ni porqué, pero de inmediato comencé a asociar a ese pobre espectáculo que recién había presenciado, con todo el escenario que se está preparando para las elecciones del 2018. Y así fue, que el insomnio llegó para instalarse una madrugada más...

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