sábado, 20 de agosto de 2011

Trébol roto

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Hoy, que la esperanza corría tras de unos brazos, sólo encontró manos que decían adiós... Miles de tréboles rotos llueven sobre la ciudad...

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Sólo bastó una vez y fue definitivo: ¿el amor? ¿el adiós?

3 comentarios:

  1. Me siguen fascinando tus entradas. No eh dejado de leerlas y me inspiran. Saludos

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  2. Muchas gracias por el comentario. Saludos

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  3. La imagen es hermosa, así parece ser la vida: "una vez", "definitiva". Hemos de ser todos ciudades
    con pequeñas y grandes lluvias internas, a veces serenas lloviznas, otras diluvios incontenibles e inconsolables... y por otro lado, un deshoje perpetuo de posibilidades.

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