jueves, 17 de noviembre de 2016

Calamaro y Bunbury

¡Vaya viaje el de ayer!
Un viejo rockero argentino, Calamaro, solvente, con demasiadas tablas para ganarse al público más escéptico, dio inicio a un breve compendio del rock iberoamericano, la variedad de estilos y de géneros que son muestra de su versatilidad, desfilaron por el escenario moreliano, ya en el punto más alto de su actuación, pausa para tomar descanso y jalar el oxigeno necesario para la segunda parte. Después de bajar de la nave, el showman Bunbury nuevamente hizo de las suyas y con la potencia de su voz y de su actuación, ya no dio respiro a un público que se había entregado desde hacía muchas canciones. El encore final entre estas dos figuras simplemente fue delicioso, el punto más emotivo, fue la interpretación de Crimen, como homenaje al maestro Cerati. Justo en ese momento, me dí cuenta que sonreía y escurría una lágrima al mismo tiempo. La sonrisa, por un concierto redondo en todo su concepto, la lágrima, por el rockero que hace poco partió y que también forma parte de mi soundtrack personal.

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