martes, 29 de diciembre de 2020

Diario de la pandemia / 4


18 de abril de 2020

Domingo 29 de marzo
Despierto a las 5:00 a. m. Enciendo el televisor y por pura suerte coincido con el programa de la Revista de la Universidad en TV UNAM con una excelente entrevista de Yael Weiss al Dr. Antonio Lazcano, destacado biólogo mexicano y miembro de El Colegio Nacional, quien conversó, entre otros temas, sobre evolución genómica de los virus, pandemias y de memoria inmunológica. Termina el programa y comienzan a transmitir música clásica, la cual dejo de fondo y eso me relaja por lo que en pocos minutos me vuelvo a dormir. Despierto a las 7:30 y está la repetición del programa que vi hace dos horas y lo observo con atención, otra vez. Bajo a la cocina y preparo el primer café del día, abro la computadora y navego por algunas páginas web y encuentro la colaboración de Alma Delia Murillo llamado “Tiempos de ansiedad”. Al final de la lectura me quedo reflexionando un rato sobre esta parte del texto: “La bestia de la ansiedad aprende a obedecer en tiempos de calma, con variables conocidas, en situaciones controladas; pero despierta cuando el caos la llama, porque no está muerta, sólo domesticada. Y un animal con miedo, ya se sabe”. Contrario a mi costumbre de no realizar comentarios en portales digitales, redacto las siguientes líneas, con el sueño guajiro de que los lea autora del texto: “Me identifico totalmente con tu escrito. Te felicito por la claridad con la que expones lo desconcertante y doloroso que es esta lucha interna de tu mente, mientras los síntomas físicos te están consumiendo el cuerpo. Es duro haber bajado, pero la terapia, ese camino para salir del hoyo, es también un pretexto maravilloso para entender la complejidad de nuestro cerebro y el desarrollo de herramientas psicológicas y emocionales, para aprender a contener ese dique que se desborda, para querernos y querer, aceptarnos y aceptar, para vivir hoy, no ayer o mañana. Felicidades por tus palabras. Siempre me encuentro en ellas.” Cierro la computadora y la vida sigue. Tarde de trabajo en la finca, especie de terapia ocupacional y alejamiento de las preocupaciones inmediatas. Las esforzadas tareas agrícolas y ganaderas, aunque sean a pequeña escala, demandan gran desgaste físico y ahora, son una salida para las tensiones de la mente. Por la noche pasamos a recoger un medicamento con F, médico y amigo, sobre todo esto último. Está a punto de regresar a Cerritos, SLP donde labora en la clínica familiar de la zona y sus predicciones compartidas, sin nunca perder su sonrisa y buen humor no son nada esperanzadoras: “esto apenas comienza y no tenemos insumos y materiales para enfrentarla”. Le deseamos buen viaje y nos retiramos. Un largo baño para quitarse el polvo y sudor de la faena del día, con la intención de que se diluyeran, aunque fuera un poco, estos nuevas perspectivas escuchadas. Casos confirmados: 993. Casos sospechosos: 2564. Defunciones: 20

Jueves 2 de abril
Levantarse a las 6:20 para sacar al perro al jardín. Páginas finales de la novela El vendedor de silencio. Tomar un primer café antes de las 7 de la mañana. Regresar al cuarto y ver un poco las noticias, sólo un poco, mi paciencia o impaciencia no dan para más. Salida rápida y vista de la ciudad ahora sí más vacía, más lenta, parece que los llamados al confinamiento están surtiendo efecto. Me divierte pensar que ahora, el influencer y crush cibernético comience a ser el Dr. Hugo López Gatell, quien día tras día, va sumando más memes, chistes, seguidoras y seguidores. Arreglar asuntos a larga distancia de la beca del bienestar para mi madre. Mientras conduzco me viene una reflexión sobre tres autores o temas que recién he leído: Amelie Nothomb, Biografía del hambre, la entrevista a Valeria Luiselli, escritora mexicana radicada en Nueva York y Carlos Denegri, el periodista que fue el tema de la novela de  El vendedor de silencio. ¿Qué tienen de común entre ellos? Ser hijos de diplomáticos. Personalidades complejas, por decirlo de manera eufemística. Entonces, ¿Hay alguna relación entre el nomadismo, la percepción de extranjería y de ajeno en el desarrollo de cierta personalidad misántropa? Por fin me decido a retomar los temas y asuntos de la tesis postergada, pero no estoy concentrado y descargo dos softwares que no resuelven mis necesidades de procesamiento de información. Mezcla de rabia por mi incompetencia y cierta culpa, por haber tirado a la basura, 1500 pesos que bien pudieran para servirme en otra cosa en esta situación extraordinaria, donde a pesar del encierro, los gastos se han mantenido y en muchos casos, incrementado. A excepción de la gasolina, la canasta básica y los insumos del súper, han subido de precio. Rompo mi cuota máxima diaria, autoimpuesta, de 15 minutos para asomarme a las redes sociales. Me entretengo, pero no encuentro muchas cosas que despertaran mi interés más allá del chisme y cotilleo. Por la tarde recompongo un poco mis actividades profesionales y de notas académicas, incluso, saludo y realizo una especie de asesoría académica por teléfono. Me siento a esperar la conferencia de las 7:00 p. m. y tengo la sensación de que el día ha terminado para mí.

Casos confirmados: 1510. Casos sospechosos: 4653. Defunciones:50.

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