miércoles, 30 de diciembre de 2020

Dicen que hoy es el Día del Abuelo


29 de agosto de 2020

Mi árbol genealógico, tan amplio y tan peculiar en muchos aspectos, sólo permitió que conociera y conviviera de forma limitada con esa rama de mi historia personal. Por el lado de mi padre, mi abuelo José Mercedes murió en la década de los 30 del siglo pasado y sólo sé de él por diálogos ocasionales que me tocó escuchar y porque leí su nombre en la lápida sobre la tumba que ahora comparte con los restos de mi padre, un 28 de enero de 1990, día que le dimos cristiana sepultura. De mi abuela Petra conozco un poco más, porque un tiempo fue patrona de mi madre en el negocio familiar de venta de flores, que estaba en el antiguo mercado ubicado en la explanada del templo y convento de San Francisco, ahora conocido como Plaza Valladolid y que en 1966 se trasladó dicho establecimiento y negocio familiar a las instalaciones del actual Mercado Independencia. Tampoco conocí a la abuela Petra, porque falleció pocos años de que yo naciera, pero sí tuve la fortuna de saber sobre algunos pasajes de su vida, porque muchos de los domingos de mi infancia los pasé en los locales y corredores de ese mercado, visitando a la Tía Gela, quien había heredado la responsabilidad de atender el negocio había fundado la abuela.

Por el lado materno la cosa mejoró un poquito, de mi abuelo Camilo guardo apenas un par de recuerdos, porque él vivía cerca de Zitácuaro, en la huerta de la que era el encargado. Ese par de recuerdos se componen de una visita que nos hizo aquí en Morelia y el otro, del día que nos avisaron que había fallecido, creo que de un infarto. Reconstruyo con mucha precisión cómo fue que llegamos al rancho, cuando el sol le pasaba la estafeta a la luna y las sombras se extendían sobre la casa grande y la huerta de aguacate y el cuerpo de mi abuelo, cubierto por una sábana blanca, muy blanca, estaba rodeado de los funestos cuatro cirios que daban cuenta de su partida de este mundo material. Yo tenía cuatro años de edad, cuenta mi madre, cuando sucedió eso, porque mi hermano menor, apenas eran un recién nacido y mi madre lo llevaba en brazos para el doloroso trance de despedir a su padre.

La historia con mi abuela Cirina fue otra cosa. Fue la parte más lúdica y más formativa de mi niñez. Apenas comenzaban los periodos vacacionales y ya estábamos sobre nuestros padres insistiéndoles para que nos llevaran al rancho donde vivía la abuela. Con ella, mi Tía Rosa y todos nuestros primos, enriquecimos nuestra formación humana. Supimos de lo duro de los trabajos en el campo, de cómo con cariño y amor se podían sortear ciertas limitaciones, de cómo con mucha creatividad e ingenio podíamos emprender los juegos y las tareas más sencillas de la vida y sentirnos satisfechos. Nos inculcaba de igual manera la formación en valores y disciplina. A medida que ella tenía menos movilidad física, por su edad, se auxiliaba de un bordón de madera, para poder aplicarnos los correctivos necesarios para cuando no se hacían las cosas correctamente. Mi abuela cantaba, echaba tortillas en el comal sobre el fogón de leña. La recuerdo en el corredor lleno de macetas con flores, tomando el sol, arreglando sus plantas, saludando a los muchos vecinos que pasaban por ahí, haciendo oración y pidiendo y vigilando que toda su extensa parentela se encontrara bien. Mi abuela Cirina falleció cuando yo tenía 18 años. Hoy, al paso del tiempo y de las generaciones, me toca ver a mi madre en su rol de abuela y no hago más que agradecer todos los días la fortuna de que siga con nosotros, en sanísimo estado de salud física y mental, a sus casi 86 años de edad, y que sigue firme y cariñosamente en su papel de seguir brindando amor y consejo para las nuevas generaciones que se van sumando al árbol familiar.

Hoy me asomo a la ventana de la memoria y la nostalgia familiar, recorriendo las ramas genealógicas del cariño y el agradecimiento, en el entendido que cada vez es más cercano el momento en que habré de recorrer el camino que me lleve de regreso a la tierra en donde alguna vez estaremos juntos todos los miembros de este clan.

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