martes, 29 de diciembre de 2020

Retrato mínimo de una madre mexicana



16 de Noviembre de 2019

Nació en un lugar llamado Hacienda de Jesús María en el municipio de Huaniqueo de Morales. Fue hija de padre y madre campesinos, o más bien jornaleros, porque cultivaban y cuidaban la tierra de los patrones, porque en 1934 la Revolución Mexicana todavía no había pasado por ahí. A los pocos años de edad, ella y su familia se trasladaron a Morelia, en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida, sumándose así, sin darse cuenta, al gran proceso de transformación del cambio demográfico que sufrió el país, donde lo urbano se impuso al mundo de lo rural.

Se instalaron en el límite poniente de la ciudad, allá por donde ahora se ubica la Plaza de Toros. El abuelo seguía atendiendo las labores del campo, mientras la abuela insistía en que los pequeños asistieran a la escuela. Por distintas razones, pero sobre todo económicas, los hijos abandonaron las aulas y se pusieron a trabajar en los más diversos oficios y chambas para salir de su complicada situación. A ella la sacaron de la escuela cuando cursaba el cuarto grado de primaria, por carecer de lo más mínimo para asistir a ella y porque su abuela sentenció juiciosamente: “¿Para qué tanto pinche estudio y sacrificio, si al rato va a venir un cabrón y se la va a robar y la va a hacer su mujer?”. Le dolió la decisión, pero no se iba a quedar con el agravio.

Así, desde temprana edad comenzó a trabajar en diferentes oficios: vendedora de flores, asistente doméstica en la casa de un militar, “El General”, obrera en la fábrica de hielo, trabajadora en una fábrica de medias y muchas faenas más. La transformación de la ciudad y la no solución a los apremios materiales hizo que sus padres retornaran al campo, pero ella decidió quedarse en Morelia y encontró el cobijo, cariño y apoyo de sus tíos, José y Lina, para permanecer aquí.

En la capital trabajó y forjó el carácter, los valores y principios por los cuales siempre se ha conducido: disciplina, trabajo y generosidad. Cuando para muchos creían que ya se le había pasado el tren, conoció al hombre de su vida. Se casaron y comenzaron su propio proyecto familiar. Tuvieron tres hijos y se dedicaron con amor y sacrificio a darles una mejor condición de vida. Cuando los vástagos estaban ya en preparatoria y secundaria, encaminados a realizar estudios universitarios, una oportunidad que ella no tuvo, saldó cuentas con un pendiente de su pasado y resolviendo guías y presentando exámenes, concluyó su primaria de forma autodidacta y obtuvo su certificado, casi cuarenta años después de que la habían sacado de las aulas.

Cuando los tres hijos cursaban la universidad los inconvenientes de la vida y de la muerte comenzaron a poner prueba su temple y temperamento. Primero su esposo y, a menos de un año, un hermano fallecieron. Luego, en una de las recurrentes crisis y fraudes del sistema bancario, el patrimonio material familiar desapareció casi por completo. A pesar de las adversidades, sacó adelante el reto de ver graduarse a sus tres hijos en la Universidad

 En lo físico también ha tenido sus pruebas, con cerca de 75 años tuvo una doble fractura en una de sus rodillas y sólo su tenacidad y esfuerzo hizo que soportara la inmovilización, la durísima rehabilitación, que incluyeron dolorosísimas sesiones, como en aquella en que le tronó la rótula y pudo recuperar la movilidad de su extremidad inmovilizada.

Pasados esos inconvenientes se convirtió en abuela y toda la experiencia, cariño y amor acumulado los ha vertido sin límites en sus nietos. Y de nuevo, las vueltas de la vida, en menos de un año fallecieron tres de sus hermanos y, a pesar de tan grandes y continuas tristezas, se mantiene con el ánimo y el espíritu fuerte para continuar lo que le toque de vida.

El próximo miércoles 20 de noviembre cumplirá 85 años en plenitud, con esa mirada tierna, cálida y reposada, de quienes han vivido a plenitud y pueden decir: misión cumplida. Estas líneas son apenas los primeros trazos para intentar hacer un retrato mínimo de mi madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario